El atractivo de Bitcoin entre los agentes institucionales sigue intacto, incluso ante la extrema volatilidad del mercado.
Datos recientes revelan que las empresas públicas poseen ahora 527.026 BTC -el 2,66% de la oferta circulante- tras agresivas compras en medio de una semana volátil para la mayor criptomoneda del mundo.
El 5 de diciembre, BTC experimentó una dramática caída repentina, pasando de un máximo histórico de casi 104.000 $ a 92.980 $ en cuestión de horas.
La caída de 10.000 $, atribuida a un evento de liquidación inducido por el apalancamiento, eliminó 900 millones de $ en posiciones largas, afectando a 163.587 operadores, según los datos de Coinglass.
El máximo histórico alcanzado ese mismo día atrajo la atención de los medios de comunicación mundiales, pero la brusca corrección puso de manifiesto la fragilidad del mercado.
El analista “lowstrife” señaló que la caída fue “enteramente un movimiento puntual de Bitcoin impulsado por el apalancamiento”. Adam Back, pionero del Bitcoin, añadió que la insuficiente creación de mercado amplificó el movimiento de precios, dejando al descubierto las lagunas en la gestión de la liquidez.
A pesar de las turbulencias, el BTC se estabilizó rápidamente y volvió a su rango de cotización en torno a los 97.600 $ a principios del 6 de diciembre.
BlackRock y MARA compran la caída
En medio de esta volatilidad, compradores institucionales como BlackRock y MARA Holdings aprovecharon la caída de precios para ampliar sus participaciones en BTC.
BlackRock compró 7.750 BTC, con lo que sus participaciones totales ascienden a 48.900 millones de dólares, según Arkham Intelligence. La afluencia se vio impulsada por la mayor demanda de acciones de su ETF de Bitcoin al contado, que Thomas Fahrer, de Apollo, calificó de “ETF de más rápido crecimiento de la historia”.
Mientras tanto, MARA Holdings añadió 1.423 BTC en transacciones por un total de 139,5 millones de dólares. Las reservas de la minera han aumentado un 162% intermensual hasta los 22.108 BTC, por valor de 2.170 millones de dólares.
La agresiva acumulación de MARA se alinea con su nueva estrategia de tesorería de retener todo el Bitcoin extraído y utilizar instrumentos del mercado de capitales para aumentar las reservas.
Las ballenas y los jugadores más pequeños se unen a la refriega
Un desconocido también aprovechó la caída de precios, adquiriendo 600 BTC por valor de 58,9 millones de dólares. El monedero, que no mostraba actividad previa en Bitcoin antes del 24 de noviembre, subraya el creciente apetito de los particulares con grandes patrimonios por las adquisiciones estratégicas de Bitcoin.
Además, la empresa de tecnología sanitaria Semler Scientific añadió 303 BTC el 4 de diciembre a un precio medio de 96.779 $. Esta compra aumentó sus participaciones totales a 1.873 BTC, valorados en 182,8 millones de dólares.
Curiosamente, mientras los mercados al contado sufrían turbulencias, los ETF de Bitcoin al contado seguían siendo alcistas. Los ETF estadounidenses de Bitcoin al contado registraron entradas por un total de 748 millones de dólares el 5 de diciembre, encabezados por el fondo IBIT de BlackRock, con entradas de 751,6 millones de dólares.
Esta resistencia refleja la creciente confianza institucional en los vehículos de inversión Bitcoin regulados.
Crece el dominio institucional
Los datos de BitcoinTreasuries ponen de manifiesto la creciente participación institucional en Bitcoin.
Las empresas públicas poseen colectivamente 527.026 BTC, mientras que las empresas de gestión de activos y las empresas privadas poseen 1.253 BTC y 410.418 BTC, respectivamente. En comparación, los gobiernos poseen unos modestos 2.856 BTC.
A medida que inversores institucionales como BlackRock y MARA intensifican sus adquisiciones de Bitcoin, la narrativa de la criptomoneda como oro digital sigue ganando tracción.
Esta creciente presencia institucional podría influir significativamente en la futura dinámica de precios y adopción de Bitcoin.
A pesar de la reciente volatilidad, el interés institucional subraya la resistencia de Bitcoin como activo a largo plazo.
A medida que más empresas públicas adopten Bitcoin como estrategia de tesorería, su oferta limitada y su creciente demanda podrían reforzar aún más su propuesta de valor.